EL MANDATO
En otra muestra notable de la versatilidad de sus registros, José Pablo Feinmann revisa en El mandato el pasado de la Argentina en clave de melodrama. Escrita en el 2000, durante el gobierno tambaleante de un presidente dubitativo, la novela toma el pesimismo con el que se cerraba el capítulo neoliberal del país llevando la acción a 1930, cuando el gobierno tambaleante de otro presidente dubitativo estaba a punto de caer.
Pedro Graeff es un inmigrante alemán que vive en un pueblo fundado hace cien años por un soldado desertor, Ciervo Dorado, donde ha conseguido llegar a ser un rico comerciante. Ya en la vejez, tiene un sueño: un nieto que prolongue el apellido. El deseo cae en Leandro con el peso de un mandato divino, pero, por mucho que quiera complacer al padre, su mujer no queda embarazada.
El drama familiar tiene un eco en el drama político. Leandro conoce a un militar que se desencantó luego de haber conspirado junto a Uriburu. Aquel hombre comprende que la Argentina es una tierra estéril: ?La patria que soñamos no existe. Este país si no se lo fornican los extraños no tiene vida?.
Fundamental para entender la narrativa de Feinmann, por El mandato circulan las obsesiones de su obra: el imaginario sarmientino, el bovarismo y la pasión por el cine, la crítica política, la encrucijada ética, la tragedia. Una novela imprescindible en la literatura argentina.
Patricio Zunini