LUMPERICA
Ineludible y aguda, la escritura de Diamela Eltit desmantela el lenguaje de la inequidad y la explotación. Una obra rebelde que ha encontrado y seguirá encontrando lectores y complicidad, gracias a la amplitud de sus representaciones y las lecturas que permite generar. Por la permanente contingencia de sus textos, la literatura de Diamela Eltit es necesaria y urgente en estos tiempos.
A principios de los años ochenta, Diamela Eltit desafió la censura de Pinochet mediante
intervenciones urbanas junto al grupo CADA. Durante 1983 se la registró lavando las veredas de los prostíbulos de la calle Maipú, donde a continuación se infligió heridas en los brazos y leyó algunos capítulos de una novela en proceso que incluía, anunciaba y reelaboraba en la ficción esa misma acción de arte: se trataba de Lumpérica, polémica novela que inmediatamente se estableció como
un hito de la narrativa chilena.
En una escena cotidiana, alegórica y también televisiva, L. Iluminada ?la protagonista? vuelve una y otra vez de noche a escribir a la plaza pública, a ese cruce de calles santiaguinas donde es herida, filmada, bautizada, interrogada e iluminada a través del ejercicio de cambiar el nombre y los
escenarios de su propio cuerpo.
Con un incitante prólogo de Nelly Richard, vuelve a circular la novela chilena que mostró cuán posible es apartarse de la tradición realista para narrar eficazmente, con ferocidad política e imaginación neobarroca, una sociedad quebrada.