LOS CATOLICOS Y LA CUESTION OBRERA. ENTRE ROSARIO Y BUENOS AIRES (1892-1919)
Los católicos y la cuestión obrera estudia el origen y desarrollo del catolicismo social en la Argentina y, en particular, de aquellas ideas e iniciativas que durante el tránsito del siglo XIX al XX estuvieron orientadas a las clases trabajadoras e, incluso, a confrontar con el naciente movimiento obrero, en las ciudades de Rosario y Buenos Aires. Esta corriente, surgida a fines del siglo XIX, tuvo un carácter relativamente periférico dentro de la institución eclesiástica. No obstante, instaló el problema de la cuestión social entre los católicos y fue motor de múltiples iniciativas que permitieron explorar nuevos espacios, crear ámbitos para el debate y la reflexión, a la vez que fue proporcionando cuadros comprometidos con la actividad político-social, contribuyendo a la empresa de cristianización o catolización en marcha. De este modo, las ideas, los hombres y las agrupaciones del catolicismo social fueron permeando lentamente a la Iglesia y, por su intermedio, a la sociedad.
En forma colateral, contribuyeron también a delinear un perfil de ciudadano. El trabajo aquí presentado analiza cómo, a través de qué estrategias y con qué contenidos, el catolicismo social argentino colaboró en la construcción del concepto de ciudadanía sostenido por la Iglesia, el cual iría fundiéndose progresivamente con nociones de ciudadanía social. Los círculos de obreros y sus primeros ensayos sindicales, las experiencias demócratas cristianas más antiguas, la Liga Social Argentina, los círculos de estudios, el cooperativismo y la justicia social serán abordados desde múltiples perspectivas, enmarcados en relaciones crecientemente complejas, a partir de la indagación de fuentes abundantes, internas y externas al catolicismo, e incluso recurriendo a la prensa obrera de la época. El recorte local pretende señalar asimismo la complejidad del proceso que permitió a la Iglesia penetrar espacios y a este fin se centra en dos ciudades portuarias características del período agrario exportador, desglosando las particularidades de cada una. Por un lado, Buenos Aires, la Capital del país y por el otro, Rosario, una urbe de notable dinamismo situada al sur de la provincia de Santa Fe.
Finalmente, la preocupación de la autora descansa en un enfoque «desde abajo». Más allá de las necesarias referencias a la cúpula eclesiástica, a las elites, al gobierno y a la influencia de la política del papado a nivel internacional, el foco de atención está puesto en comprender al laicado católico -a los católicos- su formación y organización como fuerza militante, tanto como su capacidad de ir construyendo, a fuerza de tesón y constancia, vínculos con las clases populares que se hicieron más explícitos a medida que avanzaba la primera mitad del siglo XX.