GUAU
Desde ovejeros alemanes vigilantes-rati-putos hasta chihuahuas-glam-escorts, pasando por grandaneses-hard-rockers y pitbulls-pijicortos, dobermans-heroinómanos, salchichas-con-lluvia-de-garrapapas y weimaraners-Sirius-Black-Sabbatheros, el perruno es alto mundo de orgullo, pasión y gloria. Guau!, tercer libro de la colección Pianopiano de fotografía colectiva, los tiene por oscuros objetos de flasheo. Ahí está el que le quiere morder la cosa a Winnie Pooh, los que hacen mosh, fuego y huevo, el desvelado, el de la autofelación, el canijo custodio de un sedán 5 puertas y el terrible pedazo de puto acurrucado Trompito (juicio del stencilero).
Son más de cien fotos de un caudal en tres cifras de pichichus mártires, capos o capados, sabuesos, émulos de Batman en plan Caballero de la Noche, una bandada de perritas Hola Susana vestidas para reinar el arenero más concheto de la noche parquechasina. Naturalezas vivas de diseños absolutos: la aerodinamia contra los pelos del traste que se enchastran.