Como buena narradora, Patricia Suarez sabe que la trama policia en un pueblo chico garpa porque los caracteres de la gente se dan muy diferencados. El Loco es el loco, la Puta es la puta, el Malo es el malo, la Madre es la madre. Pero si esta novela policial merece ser leida, no es por su trama compleja (a lo que no le faltan asesinatos, un suicidio, envenenamientos y una acertada referencia historica) sino por la prencia rutilante de la literatura: un tono narrativo preciso y el memorable personaje de la comisaria Silvana Mangano, titular de la Comisaria de la Mujer de Carmen de Patagones. La comisaria Mangano esta separada, tiene una hija adolescente, etapa que, por cierto, dura una eternidad. Rumiar un reproche tras otro, no te soporto, estoy gorda, estoy flaca. Entre su vida intima y los asesinatos, hay un gran trabajo con los detalles, desde las alfozas de vestido de quince hasta los puntitos del diisparo a quemarropa en la frente de una de las victimas o la descripcion del arma: Cason Mc Cullers decía que era más importante saber si el camisón de la muerte tenía florcitas que el nombre del asesino.
La madurez del oficio de Patricia Suarez, la audencia para mezclar registros diferentes y el filo de su prosa hacen de esta novela un policial entrenenido y orginalismo. Bienvenidos a este mundo de zumbas y asesinatos.