LA SOLEDAD QUE NOS DESTIERRA
"El lector que no haya leído la obra anterior de Samuel Cadranel se verá sorprendido por el tono sereno, lacónico, irónico sin llegar a la burla, de estos cuentos ambientados en la escena que nos propone la pandemia, con su carga de muerte amenazante y, en la vida cotidiana, la angustia de soportar la soledad, el distanciamiento de amigos y familiares, el azar que nos coloca en un lugar no elegido para nuestro diario vivir. Cadranel, mejor sería decir sus personajes, no recurren a cualquier solución desesperada; aceptan el acontecer, "la soledad que nos destierra", con el estoicismo de los que saben que si bien no somos dueños de nuestro destino, sí lo somos del temperamento que nos permite adaptarnos a la extrañeza que nos confisca a vivir lejos de los hábitos convencionales que ciudadanizan nuestro estar cómodos en un mundo conocido. Los cuentos de Samuel Cadranel podrían referenciarse como literatura fantástica si no se amalgamara en sus personajes la pesadilla de vivir casi constantemente ante la presencia del propio cuerpo y soportando el raspar continuo de la mente, cuya actividad es continua y carece de horizonte previsible". Luis O. Tedesco.