LOS ESTUDIANTES
El lector tiene ahora en sus manos un verdadero milagro. Parafraseando a Amaro Villanueva, uno de sus primeros exégetas, esta edición de Los estudiantes viene a reparar una triple injusticia: con nuestra literatura, que se ha visto empobrecida con la ausencia de esta excepcional estudiantina, género hasta ahora sostenido exclusivamente por la Juvenilia de Miguel Cané; con nuestra cultura, que ha sido privada de este testimonio fundamental de la época de oro de la Escuela Normal de Profesores de Paraná; y, finalmente, con su autor, que enseña aquí, con maestría, la elegancia de su escritura, su concepción del humor como método de conocimiento y el brillo de una erudición que surge del aprendizaje incesante de la vida y sus lenguajes. Como lo señala Graciela Villanueva: «En el entusiasmo creativo y cultural desbordante [de Mercante], a quien la educación ha descubierto un mundo completamente nuevo, podemos percibir la voluntad de hacerse un lugar en ese mundo del que, sin su paso por la escuela, hubiera estado totalmente excluido».