CUENTOS DE HUMOR
Si hay algo más difícil que escribir un libro que resulte del gusto de la mayoría de sus potenciales e ignotos lectores, es decir el diseño de la cubierta al editarlo. Armar la portada y contraportada queriendo, con unas pocas líneas y la eventual ayuda de alguna imagen, transmitir una sensación de inquietud e interés a aquellos intrépidos que lo tomarán para ojear unos pocos segundos, es difícil. Hay que aprovechar al máximo ese momento en que el interesado lo tiene entre sus manos con el objetivo de encontrar una razón, muchas veces instintiva antes que meditada, para decidir la compra o el regreso de la obra a su lugar de exhibición. Por supuesto, no sucede los mismo con obras escritas por literatos consagrados, donde el diseño de portada no tiene la valía de aquellas creadas por autores desconocidos para el gran público. La dificultad resulta mayor cuando la obra se trata de una recopilación de cuentos y, más aún, cuando estos no sostienen un tema compatible que atraviese el argumento de todos ellos.
Los cuentos de este libro contemplan temas que oscilan desde el subgénero del humor hasta su contrapartida, de dolor. Sin embargo, en casi ningún caso llegan al extremo de esas categorías. Los de humor buscan una sonrisa reflexiva antes que una carcajada exultante; mientras que los de dolor van detrás de una mueca lastimosa antes que de una angustia punzante. De una u otra forma, y a pesar de su temática distintiva, unos y otros siempre proponen sembrar una reflexión sobre aspectos terrenales de la humanidad y la vida cotidiana.
Ojalá, y después de haber caído en el señuelo de la portada, los lectores compruebem que el contenido ha logrado el objetico que se ha propuesto.